viernes, 28 de septiembre de 2012

DIVA O MUERTA... el nuevo show de DIOSSA

Hola, amigos! (y enemigas también!, que hay que ser educadas!)

Os informo, bien informados, de que los próximos martes de octubre, a eso de las 00:15 h., tendré el gusto de presentar mi nuevo show DIVA O MUERTA en la sala DELIRIO DANCE CLUB, c/ Libertad nº 28, en el emblemático barrio de Chueca, en Madrid, capital de España, Europa, planeta Tierra, de nuestro sistema solar.


DIVA O MUERTA es un espectáculo de monólgos (e improvisación e interactuación con el público) y canción en directo. Un show glamouroso, divertido... y corrosivo como la baba de un Alien!

Os espero a todos ahí! Animaos! Prometo mucho petardeo y grandes dosis humor.


miércoles, 29 de agosto de 2012

LOS MERCENARIOS 2, la CRÍTICA CINEMATOGRÁFICA de DIDÍ ESCOBART


Cuando todavía NO ME HE REPUESTO de la visión de Prometheus, película de Ritley Scott (despropósito cinematográfico que se especula haya sido el motivo del reciente suicidio –por vergüenza ajena- de su hermano Tony Scott, también cineasta), va y no se me ocurre otra cosa que poner de nuevo el tacón en el cine... y en esta ocasión para ver LOS MERCENARIOS 2, ¡ni más ni menos! Realmente no tengo remedio. Soy lo peor



(En el fotograma superior Sylvester Stallone nos indica el tamaño de su pene)

Muchos pensaréis que por qué no voy a ver PELÍCULAS BUENAS, que sin lugar a dudas las hay (pocas, porque si en una película NO SALGO YO, no puede ser buena-buena, ¿me entiendes?). La razón es muy sencilla: si son buenas no podría destrozarlas en mi blog (todavía no estoy tan resentida con el mundo), y además me daría mucha envidia verlas y comprobar que NO APAREZCO en el reparto ni en el equipo técnico ni nada. Yo no voy al cine a sufrir (para eso pongo la tele). Ya sabéis (los que leéis mis libros), mi Ley es: ¿No me contratas para aparecer en tu película?... ¡Pues no la veo! (¡Aaaah, la venganza! ¡Qué dulce y qué estúpida! Pero qué dulce.) 

De todos modos he ido a ver esta ¿película? (llamémosla así, no seamos –demasiado- malos) porque sabía positivamente que me iba a REÍR UN MONTÓN, y sin lugar a dudas así ha sido (me medí la boca antes de entrar al cine, y a la salida, y me ha crecido un centímetro. No falla). Realmente aunque esté catalogada como película de acción, es una COMEDIA ABSOLUTA, y todo lo que sale es motivo de mofa y befa y escarnio y, sobretodo, crítica, ¡crítica destructiva!, ¡la que a mí me gusta! 

 

(Con esta formación, parecen burbújas de Freixenet a punto de levantar la pierna... ¡ja, ja, ja!)

 Para empezar diré que la película debería titularse LOS VEJESTÓRIOS 2, no LOS MERCENARIOS 2 (The Expendables 2 es el título original), y también he de añadir que la primera parte (LOS MERCENARIOS) me la perdí (o mejor dicho, no fui a verla porque no me salió del higo), pero, vamos, me la imagino perfectamente. Y también me imagino más partes, si llega a haberlas, que no me extrañaría, pero yo con haber visto esta ya tengo MÁS QUE SUFICIENTE. Con ello ya he pagado todo el karma negativo que pueda llevar arrastrando, y de hecho pienso que Dios y el Universo ME DEBEN UNA. Y espero que se pongan al día conmigo YA, porque sino no hay JUSTICIA UNIVERSAL ni hay nada. 

Pero comencemos, comencemos. A ver, yo pensaba que después de haber visto, hace como veinte años, la película Star Trek VI: Aquel país desconocido -la última que protagonizaron el reparto original de la serie- jamás podría llegar a ver algo más patético que la nave Enterprise reconvertida en un ASILO DE LUNÁTICOS, babeando, disfrazados con uniforme espacial (uniforme con braguero, claro). Pues me equivocaba. Aquello casi pasa a ser una anécdota cuando vemos LOS MERCENARIOS 2 y nos encontramos a esta panda de yayos metiendo barriga, haciendo LA MAMARRACHA a troche y moche, emulando una explosión de testosterona que seguro que su organismo no produce desde hace mucho (¡lo que debió ser ese rodaje! ¡Viagras p´arriba, Viagras p´abajo!) 

 

(En la foto superior vuelve a indicarnos que le mide unos 14 cm... en erección, claro. Por la cara que pone yo diría que miente, que exagera)

Dirigida por Simon West (muy conocido en su casa a la hora de comer, sí señor), que lo único que hay hecho ¿relevante? fue aquella tontuna de Lara Croft: Tomb Raider (lo cual me hace pensar que no hay sido más que una marioneta de los productores y del propio Stallone, que es productor y guionista, y seguro que le fue diciendo cómo tenía que poner la cámara, para tener él menos planos de escorzo), este engendro jamás debería haberse filmado, pues lo único para lo que ha servido es para malgastar un montón de dinero y para que muriera un doble de Silvester Stallone debido a lo cutre de las medidas de seguridad (explotó una bomba y... ¡le explotó de verdad! ¿Qué pretendían? ¿Hacer cinema verité?), ya que buena parte del presupuesto estoy convencida que se dilapidó en fiestas y puterío, habida cuenta tanto viejo verde por metro cuadrado. Seguro que durante la promoción y los estrenos del film continuó el putiferio de país en país, como si lo viera. E insisto: ¡Y a mí sin contratarme! (para una cosa... u otra). 

Hablar del ¿argumento? (llamémoslo así, no seamos –demasiado- malos) de la ¿película? es perder el TIEMPO y el ESPACIO. En cuanto al desenlace final… no es que sea predecible, es que este tipo de películas solo pueden tener un ÚNICO FINAL, y cualquier persona, animal, planta o cosa, se daría cuenta desde el principio de quién muere, quién lo mata, como, dónde, porqué y demás. Sencillamente te limitas a ver cómo te cuentan una historia que ya conoces, pues el masoquismo humano no tiene límites, y puestos a tirar el dinero... 

 

(Foto superior: ¡Vaya doce patas pa´un banco!)

Hay que decir, para los que no lo sepan, que el planteamiento original (¿planteamiento ORIGINAL? ¡Ja, ja, ja!) de la película es exactamente el del Equipo A, o sea un pequeño grupo de paramilitares, que al margen del ejército y la Ley, pero vestidos con modelitos de camuflaje y de color caqui, boinas y botas de hebillas, se dedican a hacer tanto “encargos privados” como el TRABAJO SUCIO que les pida el Gobierno, a cambio de dejarles en paz, alimentando la economía sumergida y haciendo apología del anarquismo, la violencia, los chistes malos, la conducción temeraria y los esteróides. 

La ¿película? está protagonizada por SYLVESTER… pero no SYLVESTER el cantante, que tendría una gracia (y que sería muy raro, porque falleció en los `80), sino por SYLVESTER STALLONE, que no sé cómo se atreve, con setenta y ocho años que tiene (por mucho que también tenga setenta y ocho liftings). Forman parte de este equipo de gamberros JASON STATHAM (que ya le vale haberse hundido así en la mierda), JET LI, DOLPH LUNDGREN, RANDY COUTURE (¡este sí que está como para comérselo por una piernaaaaaa!) y TERRY CREWS (luego me extenderé hablando de todos ellos). BRUCE WILLIS sí que ha firmado un suicidio profesional interviniendo aquí. Y, bueno, también podemos ver a ARNOLD SCHWARZENEGGER, que es, de largo, el que más viejo está y el que más ridículo hace. Al menos han tenido la decencia de vestirle mucho y no hacerle enseñar el cuerpo, que menudo cuadro. Ah, y también aparece, ¡ja, ja ja!, CHUCK NORRIS, teñido hasta el tuétano e interpretándose a sí mismo, o haciendo lo de siempre o... vamos, ¡Chuck Norris! (Es como El Fary de EEUU, con ese pelo -peluquín- y esos ojillos). Me parece muy cruel haber sacado a este señor aquí, para que se ría todo el mundo. Extrapolando esta ¿película? con un espectáculo de revista (que no es ningún dislate), diríamos que Stallone es LA SUPERVEDETTE, y los otros son vedettes, y alguna no es más que corista o poco más. 

 

(Foto superior de Arnold laboriosamente caracterizado como Jabba El Hutt, personaje que interpretará en la nueva versión de La Guerra de las Galaxias)

Jason Statham interpreta al brazo derecho de Stallone, y se llama... ¡Navidad! Y en los momentos de más acción, en medio de una selva, le llama al móvil su novia (que le llama constantemente y en los momentos más inoportunos), y el coge el teléfono y dice “Caríño, ahora mismo no puedo hablar”, en plan calzonazos. Vamos, disparate tras disparate y ganas de tirar por la borda las carreras. 

 También aparece JEAN-CLAUDE VAN DAMME, que ¿interpreta? (llamémoslo así, no seamos –demasiado- malos) al villano, dentro del ¿argumento? de esta ¿película? Van Damme también ha dado un bajón enorme, y se ve que no se cuida porque tiene un descolgamiento nasofacial tremendo, y también necesita una blefaroplastia, porque parece el Inspector Closeau. Hay que decir que Van Damme, MUY DIGNA, se negó a participar en la primera entrega, pero se ve que su evidente adicción al Don Simón le hizo reconsiderar con esta segunda propuesta. En la primera salía MICKEY ROURKE, pero afortunadamente le mataron enseguida. Con los que salen en esta ya tenemos bastante. Volver a contar con él hubiera sido un exceso imperdonable. 


(Foto superior de Jean-Claude, haciendo el moña en el photocall. ¿No le da pudor hacer eso? Y abrid la foto y mirad la cara. Sin embargo de paquete no parece que esté mal, todo hay que decirlo. Salvo que sea relleno.)

El que se pasa toda la película interpretando a un indigente alcoholizado es Dolph Lundgren… aunque lo curioso es que su personaje no es un indigente alcoholizado, de tal manera que saco yo la conclusión de que le han metido ahí por solidaridad entre gorilas al verle por ahí tirado borracho. Con los años se ha convertido en una especie de Nick Nolte (un anciano melenudo rubio con pinta de guarro), solo que como reza el xenófobo refrán: comparar a Nick Nolte con Dolph Lundgren es como comparar a Dios con UN GITANO. No estoy acostumbrada a utilizar este tipo de refranes, pero ahora no tenía más remedio, háganse cargo. 

En cuanto a Jet Li, se ve que le pusieron para justificar el cupo de chinos en el reparto, porque el pobre no hace nada. Hace un poco el bufón y nada más. Y, cómo no, también hay un negro, Terry Crews. Bueno, claro, y también hay una mujer y ¡eureka! un chico joven. Solo les hubiera hecho falta un animal, una mascota. ¡Ah, no!, ya he dicho que interviene Schwarzenegger. 


(Foto superi... bueno, sin comentarios)

Bueno, es que crítica de la película aparte (¿qué crítica puedo hacer de ESTO?), lo de Schwarzenegger no tiene nombre. Se pasa tooooooda la santa película haciendo chistes sobre TERMINATOR, que llega ya un momento que dices “¡Por favor, payasa, deja ya de decir <¡He vuelo!>, <¡Ahora vuelvo!>, <¡Sayonara baby!> y demás gilipolleces, que me estás poniendo de los nervios!”. Si la película ya de por sí no hay quien se la crea ni quien consiga identificarse con nada, ni nada, llega este jubilado decrépito para romper la concentración cada vez que aparece, soltando chorradas sobre lo único llamativo que ha hecho en su vida profesional. Incluso llega a hacer un chiste sobre RAMBO, que me parece inconcebible y absolutamente fuera de lugar ya. Tanto es así que hay un momento al final de la película en que Arnold dice por enésima vez no sé qué de ir a no sé dónde y, por supuesto VOLVER, y Bruce Willis le interrumpe y le dice que se esté quieto, que ya ha ido y vuelto demasiadas veces, que ya va él y lo resuelve (¡Esto es ciertoooo!). Esto convierte la película en una PARODIA CONTINUA, lo que junto a la gran cantidad de ROSTROS FAMOSOS, hace que la cosa termine pareciendo una nueva entrega de TORRENTE, una “torrentada”, vamos. 

                                        

(La calavera, lo único que se salva de la quema)

¿Cosas buenas? Hombre, claro que tiene cosas buenas. Seamos positivos y terminemos con LO BUENO. A veeeer... déjame que pienseee... Me gusta mucho el logotipo de la calavera con los machetes y los fusiles. Me encantan las cejas de Stallone, que ahora mismo son exactamente como las de la excéntrica de su madre, de travesti total. También considero que la película alcanza el nivel exigible de explosiones, tanques, muertos y helicópteros. Y, bueno, lo dicho, como COMEDIA FAMILIAR NAVIDEÑA considero que no tiene precio. Y como forma de tortura china, tampoco. Y que con RANDY COUTURE me acostaba totalmente. Y, además, lo haría GRÁTIS. 

 

(No es una muñeca grotesca, es la madre de Stallone, y futuro aspecto de Sylvester)

martes, 7 de agosto de 2012

PROMETHEUS, la CRÍTICA CINEMATOGRÁFICA de DIDÍ ESCOBART

Acabo de ver la esperadísima película Prometheus de Ritley Scoth, y como estoy muy impactada emocionalmente y tal (no sé si impactada en cuanto a encantada o a decepcionada, pero qué más da), pues he decido escribir mi propia crítica (destructiva) cinematográfica y en paz, que es un poco sinopsis también. Al fin y al cabo he dirigido un cortometraje, de tal manera que soy una cineasta y eso, y por tanto tengo criterio y potestad para destrozar cualquier clásico o cualquier estreno de cartelera, y punto. Y a ver quién me dice lo contrario, que le pego un puñetazo que le rompo la cabeza. Yo, con los calores del verano, me pongo muy agresiva (y con los fríos del invierno soy muy pendenciera).

Bien, la historia comienza en un planeta por ahí, a tomar por culo, tipo el de Avatar pero no tan florido, aunque con mucha agua. Aquello son como las cataratas del Niágara de aquel planeta. Bueno, ahora que digo esto... probablemente se trata de la Tierra, en un tiempo en el que no había vida... ¡Claro, debe ser eso! Comienza todo con una escena absolutamente incompresible (bueno, recordemos que soy rubia) en la que una especie de chulazo extraterrestre, un bigardo como de tres metros, culturista (aunque con muy poco paquete, todo hay que decirlo), que de cuerpo está muy bueno –y me lo tiraba- pero de cara da un poco de grima, y va totalmente depilado, cejas y todo, no sé qué le pasa que como que se suicida o algo. Ya digo, no tiene ni pies ni cabeza. De hecho el extraterrestre acaba sin pierna, porque… en fin, que pierde una pierna y no recuerdo si más cosas. Es un tío muy blanco, sin pelo, tipo calamar. Tiene perfil griego. Se ve que les gusta manipular los ADN´s de las cosas y tal, porque se aburrirán al estar tan adelantados. La moraleja es que estas cosas tienen mucho peligro y generalmente salen mal, porque no se puede suplantar a Dios y todo ese rollo. Uhm, estoy pensando que debe ser que él se inmola (¿qué necesidad?) para “infectar” la Tierra de sus restos biológicos... y de ahí surgir la vida... ¡Ah, claro, es eso! Sí, porque hay como una nave nodriza que se va y le deja ahí, pudriéndose, vamos, desintegrándose. Pero, ya digo, qué necesidad.



De ahí pasamos a la Tierra, al año 2088 u 2089 o por ahí (justo un siglo después de la explosión acid house en las discotecas), donde dos como arqueólogos, tío y tía, descubren no sé qué excavación, o no sé qué, como con 35.000 años de antigüedad, dónde al igual que en otros lugares de la tierra (Egipto, Mesopotamia, El Quinto Pino…), encuentran dibujos, jeroglíficos y monigotes en general, donde se escenifican a unos seres muy grandes (como el bigardo del principio) que apuntan a una especie de constelación o sistema solar o rollo ese rollo. Vamos, que viene a decir que en diversas épocas de la historia –y prehistoria- nos visitaron seres extraterrestres, y contactaron con gente de la época y todo eso, lo típico. Es como un plano o mapa estelar. Parece ser que enseguidísima localizan ese sistema y preparan una nave para ir, cómo no, sino no habría película.

De ahí pasamos al dos mil noventa y poco. Una nave llamada creo que Titan Prometheus (basada descaradamente en el mito de Prometeo, luego digo yo que la caja de pandora debe ser el huevo de los aliens), se dirige a donde sea, porque no se sabe, ni se sabe el por qué, pero el espectador sí lo sabe. Yo os cuento: se trata de una expedición científica rumbo a ese sistema, a un planeta relativamente parecido a la Tierra, aunque no se puede respirar ni nada, porque tiene no me acuerdo qué en el aire, y es “como respirar de un tubo de escape”, como señala uno en la película, vamos, un asco. Digo yo que si hubieran mandando a astronautas de Madrid se habrían ahorrado las escafandras, pues aquí estamos acostumbrados a respirar así.

En la nave va toda la tripulación en animación suspendida, tipo criogenizados, hibernados, o lo que sea. Ellos lo llaman hipersueño (que es exactamente lo que tengo yo siempre). La nave la dirige en esos momentos un robot, David, un androide con apariencia humana masculina. Bueno, más bien tiene apariencia de “marica mala”, pues es una marisabidilla con las cejas depiladas, que se tiñe las raíces y tiene muy mala baba, y una altanería típica del ramo. Llegados al planeta despierta al personal y vemos que Charlize Theron hace de “gobernanta también mala”, muy estúpida, insoportable, y en primeros planos ya se la empieza a ver un poquito ajada, con descolgamiento de cuello y celulitis en el culo. Bueno, al final de la película nos daremos cuenta de que tooooodos en realidad, por una cosa o por otra, son malos. Creo que los únicos que se salvan son algunos personajes de reparto, figurantes, muy secundarios, que no tienen ni nombre, y apenas alguna frase. Figuración con frase, ya digo. Que se salvan me refiero de ser malos, porque aquí al final prácticamente no se salva nadie, mueren todos. Ah, y también son buenos un negro y un chino y uno normal, que al final se suicidan voluntariamente para salvar al planeta Ti… bueno, mejor no lo cuento para no destripar nada. En fin, que como todo el mundo es “mala gente”, difícilmente te van a parecer muy malos los aliens. Parafraseando la frase de Pepe Darosa, aquí “¡to er mundo es malo!”.

Enseguida nos damos cuenta de que la protagonista es una tipa llamada Elisabeth Shaw, que tiene unos pómulos que no le caben en la escafandra, así que llevan todos unas escafandras enormes, y todo es condicionado por los pómulos de esta. Los pómulos parecen naturales, aunque yo no me fiaría. Tiene cara de granjera. Esta tipa, y su novio, son los arqueólogos del principio, y ella fue la que le metió los perros en danza a un viejo multimillonario para que financiase este despropósito espacial, pues ella está como súper segura de que los tíos de ese planeta estuvieron en la tierra y, de hecho, nos crearon a nosotros, de tal manera que la idea es ahora visitarles a ellos, para preguntarles que por qué nos hicieron más bajos que ellos y otras cuestiones, en plan que si existe Dios y demás. Para ella los gráficos son una invitación a ir a buscar respuestas cuando estemos preparados, tengamos buenas naves, etc, y por esa fecha ya tenemos unas naves divinas y unos ordenadores totales. Ah, Elisabeht ha bautizado a estos seres como “los ingenieros”, pues se entiende que utilizaron ingeniería genética para crearnos y todo eso.


Ella está súper ilusionada porque tiene novio, y porque ella quería ir a la otra punta del universo y lo ha conseguido, y todo lo que se le mete en la cabeza lo tiene que conseguir, porque menuda es ella. Ah, tiene un trauma porque no puede tener hijos (cosa que no me cuadra pues en esa época futura están muy adelantados en todo) y porque su madre murió de pequeña y su padre, que era explorador en África, poco después. Parece bastante menos bollo que Riply, de hecho, ya digo, marcan enseguida que ella tiene novio, y trauma por no poder ser un ama de casa con cuarenta hijos, lo cual me parece un retroceso. El único gay es el robot, que se sepa. También hay un punki en la tripulación, que es el que mejor look tiene, pero muere de los primeros. Bueno, los ingenieros esos la verdad es que son todos un poco musculocas.

Para interpretar al viejísimo multimillonario, en vez de coger a un actor viejo, van y maquillan de pena a uno de los actores de Priscilla, reina del desierto (Guy Pearce), de tal manera que no hay quien se crea nada, y en todo momento está esperando una que el viejo se arranque por Gloria Gaynor. Además, la intención de este absoluto “Sr. Burns de Los Simpsons” no es todo lo de filosófico que pueda tener contactar con nuestros creadores, sino poder conocerles para que, cómo no, le revelen el secreto de la vida eterna, lo cual jamás se había visto en una película de ciencia-ficción. La Theron al final resulta que es su hija, aunque yo ya me lo imaginé muy al principio. Malo el viejo, mala la Theron, malos los ingenieros, malo el novio de Elisabeth, malo -por supuesto- David el androide, malo el punki... malos todos. Y mala la prota porque por ella se lía todo.
Llegan al sitio y enseguida descubren unas construcciones raras, y ahí que se van. Se meten en las construcciones y comprueban que están huecas por dentro y que hay de todo, aunque no encuentran gente viva. En realidad está infectado de aliens, pero están metidos en vasijas (no en huevos como en Alien, el octavo pasajero), así que no se ven, solo se suponen o intuyen. Lo mismo ni los hay. También hay unos esqueletos gigantes, de los tíos gigantes esos. En realidad gran parte de esta estructura subterránea es una gigante nave espacial. Todo ello es un hangar en realidad. Es como la nave con forma de herradura que aparece en Alien, el octavo pasajero, donde hay un gigante seco a los mandos de una especie de telescopio, con el pecho reventado. De ahí que esto sea un poco precuela.

La cosa es que estos humanoides van creando vida por ahí… pero también van destruyéndola, se supone que para crear otra nueva, lo cual me parece un trabajo tonto. Para destruir han inventado los aliens, pero se ve que se les ha ido de las manos y los aliens les han destruido a ellos, porque quien a hierro mata… Y lo que descubren los nuestros es que pretendían ahora aniquilar la tierra mandándonos aliens. Claro, los de la Tierra flipan y deciden que lo mejor va a ser irse disimuladamente, silvando, con la nave para casa y dejarlo todo en su sitio.

Luego resulta que sí queda un tío alto vivo, solo que también en hibernación, pues se ve que por aquel entonces era muy normal y resolvía mucho. Los tíos estos altos se ve que tienen “mu mala follá” y muy mal despertar, así que cuando le despiertan se lía a hostias con todo el mundo y la prota tiene que salir pitando porque si no la mata y se acabó la película.

En fin, para resumir “y no destripar nada del argumento” os diré que Ridley Scott, como se ve que le han dicho millones de veces que fue un acierto mostrar muy poco al alien de Alien, el octavo pasajero, pues aquí se ha vuelto loca y ha pensado que dará muuuuucho más miedo aún si directamente prácticamente no muestra ningún alien y punto. Y yo digo que eso es una tontería además de una estafa, porque si yo voy a un concierto de Madonna no quiero pasarme dos horas viendo a sus bailarines haciendo el ganso, y al final un flash en una pantalla con dos imágenes de Madonna, no, ¡Yo quiero ver a Madonna cansándose a base de bien, que para eso pago la entrada! Y lo mismo digo con la película: yo no voy al cine a ver una precuela de Alien, para prácticamente no ver aliens. Así que me parecen muy mal por parte de Ridley Scott, por muy Ridley Scott que sea. Solo salen dos al final, uno que parece una estrella de mar pero en plan burro, y otro más tipo clásico, pero diferente, que no me gusta nada ni me da miedo ni nada, porque parece un gnomo con gorro, y no da casi tiempo ni a verle ni nada. Lo peor.

Al androide, para variar, le arrancan la cabeza y escupe leche (¡oh, nunca visto!), y una de las escenas más divertidas es cuando la protagonista se hace una cesárea a sí misma y en un pis-pás, y “recién parida viva” sigue para acá y para allá como si tal cosa. También hay otras escenas muy divertidas, como cuando matan al novio de la protagonista, o la forma en que muere Charlize Therón, aunque te deja un poco aplanado.

Y así, un poco aplanada, me he quedado yo, porque a la película le faltan al menos 25 minutos más, con más acción, más peleas, más explosiones, y algún helicóptero. Y más dobles finales… ¡y un poquito más de aliens, por favor! Y es que en esta película te da miedo todo, menos lo aliens. Claro, cómo te van a dar miedo los aliens, si apenas hay aliens. Pero, nada, nada, id a verla y me contáis vosotros qué os ha parecido, id. Que por mí no quede, que a mí no me gusta meter cizaña sobre las películas de mis compañeros, y yo a Ridley Scott le tengo mucho aprecio y es muy amigo mío y me da mucha pena que le critiquen. Aunque, mira, si hace una película de Alien sin aliens, me parece normal que le pongan la cara colorada, porque eso es un engañabobos y un robo a mano armada, y eso está muy feo, y como tenga que hacer yo una película de aliens vas a ver.

martes, 19 de junio de 2012

Didí Escobart co-autora de NOCTURNABILIA

Hola, holita, petarditas!

Tan solo unas palabras, así muy rapidín, para poneros al día de mis cosillas. Principalmente quiero comentaros a todos que el próximo jueves 21 de junio, a las 20:00 h. en el Palacio de Longoria (sede de la SGAE) de Madrid, se presentará el último título de la editorial STONEWALL. Se trata de NOCTURNABILIA, un libro de relatos cortos de todos los autores y autoras que han publicado algún libro con esta editorial hasta la fecha.

   

En este maravilloso libro yo presento un relato titulado GAVILÁN O... PALOMO (COJO). Se trata de un relato... ¡erótico! Mi primer relato erótico (por muy "obscena" que consideren algunos toda mi trayectoria literaria, compuesta por MANUAL DE LA PERFECTA PETARDA, MI EXTRAÑA DAMA, CURSO DE GLAMOUR PARA PRINCIPIANTES y EL RETORNO DE LA PETARDA PERFECTA). Quizá me anime y escriba más, porque a decir de los que lo han leído... ¡¡¡es super ceerrrrrdoooooooo!!! Y a la vez divertido. Y les ha encantado.
  

Casi todos los autores estaremos allí ese día, ¡así que podrás aprovechar para que firmemos el libro! ¿¡No es fantástico!? Nos vemos allí, ¿valeeeee?

   

A propósito de firma... ¡Aquí os pongo algunas fotos de la pasada Feria del Libro de Madrid, donde tuve la oportunidad de estar firmando libros a mis queridos lectores, en la caseta de la librería Berkana. ¡Gracias a todos!

   

Aquí arriba estoy con DIEGO BÉJAR, mi editor, y también autor de unos de los relatos de NOCTURNABILIA. Diego es un sol, y un cielo, y lo más. Lo quiero mucho porque se hace de querer y tal.

 

En esta otra foto estoy con EDUARDO GARCÍA, compañero autor de Stonewall, que también aporta otro sabroso relato corto a este magnífico libro.

   

Aquí yo haciendo como que leo mi libro EL RETORNO DE LA PETARDA PERFECTA.

   

Aquí la misma foto, pero sonriendo a cámara, je, je. Soy tan graciosa. Y tan guapa. No sé por qué no vendo más (todavía).

   

Aquí la aglomeración de gente que quería comprar mi libro, y acercarse para que se los firmara y tocarme, para que yo pudiera bendecirles y darles suerte. Con el rollo de que soy mágica vendí muchos libros. La gente es muy ingenua. 

   

Aquí en el ¿noble? acto de firmar ejemplares. También los marcaba con un beso pegajoso de carmín comprado en un chino infame. Sin embargo mi perfume era de Givenchy, muy caro, carísimo.

   

Aquí detalle del -también- carísimo modelo que lucí, de Jean Paul Gaultier, ¡con estampado de lomos de libros colocados en estanterías! Y el tocado de letras es de creación propia. Soy tan... especial, tan divina. Creo que deberían darme un Premio Planeta o un Príncipe de Asturias de las Letras, solo por eso, no sé, ¿no?, o sea.

   

Como podréis comprobar, de los 400 stands el mío era el único "decorado" con un poquito de glamour para la ocasión. Coincidí firmando con personajes mediáticos como Rosa Mohedano (ex peluquera de estrella venida a estrella de peluqueras) y Mario Vaquerizo, artista conceptual marido de Alaska, entre otros famosos. Y en mi misma caseta estaba Eduardo Mendicutti, que además de un escritor de pro y compañero literario, es un encanto de persona.


Yo aquí, en esta última foto, detrás de la caseta, retorciéndome de modo imposible para seguir dando el lado izquierdo de la cara. Fue una tarde de sábado maravillosa, y la mamá de Diego, parte crucial en Stonewall, me hizo ¡¡¡TARTA DE MANZANA SIN AZÚCAAAAARRR!!!